Uno de los términos que más se usa en el argot del mundo del deporte es “la chispa” y no es por que tengamos más o menos luces a la hora de realizar el desempeño del deporte, si no, la capacidad de esfuerzos vigorosos o de mucha fuerza y explosividad.
Al finalizar las competiciones, vemos a muchos deportistas que tienen un “cambio de ritmo” o “explosividad” que nos sorprende y que evidentemente, debe tener una capacidad innata, aparte de ese entrenamiento. Pues bien, efectivamente, vamos a hablar como la genética puede condicionar o hacerte un “deportista con chispa” y que desde uno de los rasgos del test de SPORTNOMICS os lo vamos a poner en bandeja.
Aquí hay algunas maneras en que la genética puede afectar la fuerza muscular y, en última instancia, el rendimiento deportivo:
1. Capacidad aeróbica y anaeróbica: La genética desempeña un papel importante en determinar la capacidad aeróbica (resistencia) medida por el VO2max y anaeróbica (fuerza y potencia).
Algunas personas pueden tener una predisposición genética para destacar en deportes de resistencia, como correr maratones, mientras que otras pueden tener una ventaja genética en deportes que requieren explosividad y fuerza, como levantamiento de pesas o sprint, de ahí que sea importante saber “predecir” donde cada deportista va a tener un buen rendimiento deportivo.
Otros deportistas, sin embargo, aunque presentan predisposición a deportes de resistencia, presentan esta fuerza y explosividad que les hace también ser diferenciales. Una combinación genética perfecta para el éxito.
2. Tipos de fibras musculares: Como hemos visto en blogs anteriores, la genética también influye en la proporción de fibras musculares tipo I (fibras lentas) y tipo II (fibras rápidas) que un deportista presenta tiene.
Esto puede afectar la adaptación al entrenamiento y la preferencia por ciertos tipos de actividad física, ya que están RELACIONADAS SOLAMENTE CON ESTE TIPO DE RASGO y no con las falsas creencias que predisponen a lesión muscular.
En este caso, habría que decir que “la potencia sin control no sirve para nada” y que la aplicabilidad del conocimiento se debe transmitir al preparador físico o entrenador para la prevención de estos problemas tan serios en el deporte y el deportista.
3. Recuperación muscular: La capacidad de recuperación después del ejercicio intenso está influenciada por la genética.
Algunas personas pueden experimentar una recuperación más rápida y una menor susceptibilidad a lesiones debido a sus características genéticas y esa explosividad innata puede responder al por qué se recupera mejor o me cuesta recuperar después de esfuerzos vigorosos.
4. Propensión a lesiones: Algunas variantes genéticas pueden aumentar el riesgo de lesiones deportivas, mientras que otras pueden proporcionar cierta protección como hemos visto en anteriores blogs.
Conocer estos factores genéticos a través de perfiles específicos y no solo por un solo gen como se ha presentado en investigaciones previas de dudosa calidad y resultados, puede ser útil para personalizar programas de entrenamiento y reducir el riesgo de lesiones.
5. Respuesta al entrenamiento: La respuesta individual al entrenamiento también puede variar según la genética.
Algunas personas pueden experimentar mejoras más rápidas en la fuerza, resistencia o velocidad en respuesta al entrenamiento, mientras que otras pueden requerir enfoques más específicos y centrarse sólo en la resistencia. Estos datos ayudarán al deportista a “no fallar” en sus objetivos.
6. Nutrigenómica: Aquí entramos en un punto diferencial y de auténtica novedad en el mundo del rendimiento deportivo que desde SPORTNOMICS os ofreceremos para un óptimo rendimiento deportivo.
La genética también juega un papel en la forma en que el cuerpo metaboliza los nutrientes y los utiliza para la práctica deportiva. La nutrigenómica es una rama nueva y estudia cómo las variaciones genéticas afectan las respuestas individuales a la dieta y puede influir en la capacidad de un individuo para obtener energía de los alimentos y recuperarse después del ejercicio.
Esto será oro para los deportistas y para los nutricionistas para individualizar la alimentación y que junto al entrenador, optimizará todos los puntos clave para esta capacidad del rendimiento deportivo.
Aun así, como siempre comentamos, la genética no determina completamente el destino de una persona en el deporte, y la dedicación, el esfuerzo y la planificación del entrenamiento son fundamentales para alcanzar el éxito en cualquier actividad física y en este caso, las “actividades vigorosas” son un punto clave en esta planificación y orientación deportiva.
La interpretación de cómo estos factores interactúan entre sí, nos puede ayudar a desarrollar enfoques personalizados para una óptima preparación física para protegerte tu salud y sacar lo mejor de ti.
