Al hilo del post de la semana pasada, hoy vamos a tratar un tema “tabú” en el mundo del deporte, pero que debe ser tenido en cuenta para predecir los riesgos a los que nos vemos sometidos de forma innata ante la práctica deportiva o incluso en nuestro día a día.
La genética de la muerte súbita y el rendimiento deportivo son dos temas interrelacionados que han suscitado gran atención en los últimos años. La muerte súbita es una situación en la que una persona fallece de forma repentina e inesperada, a menudo como consecuencia de una parada cardiaca. La genética desempeña un papel en la muerte súbita, ya que algunos individuos pueden ser más susceptibles a esta afección debido a mutaciones genéticas heredadas.
En el contexto del deporte, la genética de la muerte súbita es especialmente relevante porque se sabe que los atletas tienen un mayor riesgo de muerte súbita en comparación con la población general. Esto se debe a las exigencias físicas del deporte, que pueden sobrecargar el sistema cardiovascular, y también a que los atletas tienen más probabilidades de padecer cardiopatías subyacentes que pueden predisponerles a la muerte súbita. Claros ejemplos son los que hemos tenido en el mundo del fútbol profesional que tanta repercusión mediática han tenido.
En los últimos años ha aumentado el interés por identificar marcadores genéticos que puedan estar asociados a la muerte súbita en deportistas, no solo profesionales, si no en el campo amateur. Raro es el día en el que no leamos en cualquier periódico deportivo eventos tan desagradables de este tipo en carreras populares o partido de fútbol de cantera.
Recientemente, se han identificado marcadores genéticos que se han asociado a la muerte súbita en atletas debido a mutaciones en genes que codifican para canales iónicos en el corazón. Estas mutaciones pueden alterar el funcionamiento normal del corazón y aumentar el riesgo de arritmias, que pueden conducir a la muerte súbita.
A pesar de las posibles implicaciones de estos marcadores genéticos para la salud y el rendimiento de los deportistas, todavía se desconoce mucho sobre la genética de la muerte súbita en el deporte. Es necesario seguir investigando para comprender mejor los factores genéticos que contribuyen a la muerte súbita en los deportistas, así como la forma en que estos factores pueden interactuar con otros factores ambientales y de estilo de vida.
Mientras tanto, es importante que los deportistas se sometan a revisiones médicas periódicas y sean conscientes de los riesgos potenciales asociados a su deporte. Tomando medidas proactivas para mantener su salud y bienestar, los deportistas pueden ayudar a reducir el riesgo de muerte súbita y seguir destacando en el deporte que han elegido.