Antes de empezar, os daré unos nombres; Courtois, Militao, Neymar, Sedlar, Yeremy Pino, Gavi y ayer mismo el jugador del Real Madrid, David Alaba… y así podríamos seguir, ¿que está pasando?. El contenido del blog de esta semana, seguro que casi lo tenéis en mente y corresponde al LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR.
Las lesiones por roturas de ligamentos cruzados y asociadas a diferentes patologías de la rodilla con una duración de al menos cinco meses han aumentado en 2023 en el fútbol profesional, con 40 bajas de este tipo a lo largo del año, cifras superiores a las de 2021 (con 29 lesiones) y de 2022 (30). Un dato estremecedor para los jugadores, clubes y para las diferentes federaciones, que no solo se produce en este año, sino que en muchos casos, dura hasta bien entrado el año 2024. Esta lesión, según diferentes estudios, representa el 40% del total de las lesiones ligamentosas y, un 35% adicional asociada a lesión de otros ligamentos, con mayor frecuencia a la del ligamento colateral medial. Aquí vemos que la predisposición tendinosa y ligamentosa juega un papel relevante.
El ligamento cruzado anterior es uno de los ligamentos principales de la rodilla y es especialmente vulnerable a lesiones, que a menudo ocurren durante actividades deportivas que implican cambios bruscos de dirección, giros o movimientos de torsión saltos o aterrizajes, como ocurre en el baloncesto, fútbol, voleibol y esquí alpino.
Ya vemos que las causas de esta lesión son varias, pero desde SPORTNOMICS añadimos otra más; la predisposición genética a las lesiones del ligamento cruzado anterior, que ha sido objeto de investigación en los últimos años y no se escapa a las pruebas genéticos que os ponemos en bandeja.
Se ha observado que algunas personas parecen tener una mayor predisposición genética a las lesiones del ligamento cruzado anterior. La predisposición genética puede influir en varios aspectos que aumentan el riesgo de lesiones, como la forma de la articulación de la rodilla, la alineación de las piernas, la fuerza muscular, la respuesta neuromuscular y la capacidad de controlar la posición de la rodilla durante movimientos específicos, todo ello también sumado a lo que SPORTNOMICS os ofrece como habéis visto en post previos. Algunos estudios han identificado genes específicos relacionados con la predisposición a las lesiones del ligamento cruzado anterior. Por ejemplo, ciertas variaciones genéticas en diferentes genes relacionados con la estructura del colágeno, que es un componente importante de los ligamentos, pueden influir en la resistencia y la integridad del ligamento cruzado anterior.
Aunque la genética juega un papel importante en la predisposición de rotura de ligamento cruzado anterior, es importante destacar que no es el único factor que contribuye a estas lesiones. Otros factores, como la biomecánica, la fuerza muscular, la técnica deportiva, el entrenamiento y el entorno deportivo, también desempeñan un papel crucial, por lo que conociendo la genética se puede orientar diferentes planes de entrenamiento y preparación para evitar esta incidencia tan elevada que tenemos entre manos hoy y cambiar la tendencia en los próximos años con investigaciones más robustas y aplicadas al mundo del deporte, lideradas por profesionales especializados en el campo de la genética y que sepan transmitirlo al deportista y a su entorno de trabajo.
Con todo ello, tenemos un reto, que es reducir la cantidad de lesiones de gravedad que se producen en el mundo del deporte y potenciar la investigación sobre la predisposición genética a las lesiones del ligamento cruzado anterior, ya que aún está en desarrollo, y se necesita más trabajo para comprender completamente cómo los factores genéticos interactúan con otros factores de riesgo. Desde SPORTNOMICS añadimos un panel de cerca de 150 genes relacionados con esta lesión, eliminando el falso mito de un solo gen predispone a…. (típicos estudios de los años 60 del siglo pasado).
Si estás preocupado por tu predisposición genética a las lesiones del ligamento cruzado anterior, es aconsejable que evalúes tu genética y te pongas en contacto con profesionales de la salud, como preparadores físicos, fisioterapeutas o médicos deportivos, que pueden evaluar tu situación específica y ofrecer recomendaciones personalizadas para prevenir lesiones y mejorar la salud de tus rodillas.