Hoy en día es común ver como muchos deportistas de élite, sobre todo en deportes de resistencia, permanecen durante meses concentrados en altura para ver mejoras en su rendimiento deportivo. El Teide, Sierra Nevada, Font Romeu… etc.
La genética y la aclimatación son dos factores importantes que influyen en el rendimiento de los deportistas de élite en altitudes elevadas. A continuación, te proporcionaré información sobre ambos aspectos.
La genética desempeña un papel fundamental en la capacidad de un individuo para adaptarse y rendir en altitudes elevadas. Algunos atletas tienen una predisposición genética que los hace más aptos para afrontar el desafío de la altitud. Por ejemplo, las personas que son naturalmente portadoras de variantes genéticas relacionadas con la producción de hemoglobina, como el gen EPO (eritropoyetina), pueden tener una mayor capacidad para transportar oxígeno en la sangre.
Esto puede proporcionarles una ventaja en altitudes elevadas, donde la disponibilidad de oxígeno es menor.
Además de la producción de hemoglobina, otros genes están implicados en la respuesta al ambiente de alta altitud. Por ejemplo, el gen HIF-1 (factor inducible por hipoxia 1) regula la respuesta del cuerpo a la falta de oxígeno y puede influir en la capacidad de aclimatación de un individuo. Las variantes genéticas en el gen HIF-1 pueden afectar la producción de eritropoyetina y la respuesta del organismo al estrés hipóxico.
La aclimatación es el proceso mediante el cual el cuerpo se adapta gradualmente a la altitud elevada. La exposición crónica a la altitud estimula una serie de respuestas fisiológicas que ayudan al organismo a compensar la menor disponibilidad de oxígeno.
Estas adaptaciones incluyen:
- Mayor producción de glóbulos rojos: El cuerpo responde a la hipoxia incrementando la producción de glóbulos rojos, lo cual mejora la capacidad de transporte de oxígeno.
- Aumento de la captación y utilización de oxígeno: Los músculos y los tejidos se vuelven más eficientes en la captación y utilización del oxígeno disponible.
- Desarrollo de capilares adicionales: Se generan nuevos capilares sanguíneos para aumentar la circulación y el suministro de oxígeno a los tejidos.
- Aumento de la ventilación pulmonar: La frecuencia y la profundidad de la respiración aumentan para compensar la menor presión parcial de oxígeno en el aire.
Es importante destacar que la aclimatación varía de un individuo a otro y depende de varios factores, incluyendo la genética, el nivel de condición física previo y la duración de la exposición a la altitud.
En resumen, la genética puede influir en la capacidad de un deportista para rendir en altitudes elevadas, especialmente a través de genes relacionados con la producción de hemoglobina y la respuesta al estrés hipóxico. Sin embargo, la aclimatación es un proceso fundamental para que el cuerpo se adapte a la altitud y optimice su rendimiento. Ambos aspectos, genética y aclimatación, son importantes para los deportistas de élite que compiten en ambientes de alta altitud.
De ahí que después de estos largos periodos en altitud, no todos los deportistas rindan igual ante una competición importante; todos han comido lo mismo, todos han entrenado al límite, pero las ventajas genéticas pueden tener un papel fundamental en la adaptación a la altura, asimilación de esfuerzos y mejora en las aptitudes deportistas.
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