Como se ha visto en el post de la semana pasada, una mala alimentación puede ser el desencadenante de lesiones deportivas debido a la insuficiente “gasolina” que se le administra a la maquinaria de realizar esfuerzo físico.
En esta semana vamos a analizar si dependiendo de la modalidad deportiva que se realiza, la “gasolina” debe ser diferente, o para sorpresa de muchos, no difiere tanto como se supone.
La alimentación de los deportistas de resistencia y los deportistas de fuerza/potencia puede diferir en ciertos aspectos debido a las diferentes demandas físicas de cada disciplina. Sin embargo, como se ha hablado anteriormente, es importante destacar que una mala alimentación puede afectar negativamente el rendimiento en cualquier tipo de deporte.
Los deportistas de resistencia, como corredores de larga distancia o ciclistas, suelen requerir una mayor cantidad de energía debido a la duración prolongada de su actividad. Por lo tanto, su dieta se enfoca en consumir suficientes carbohidratos para mantener los niveles de glucógeno muscular, que es la principal fuente de energía durante el ejercicio aeróbico. También necesitan una ingesta adecuada de proteínas para ayudar en la recuperación muscular y en la reparación de tejidos.
Por otro lado, los deportistas de fuerza/potencia, como levantadores de pesas o sprinters, tienen una mayor necesidad de proteínas para promover el crecimiento muscular y la recuperación.
También requieren una cantidad suficiente de carbohidratos para proporcionar energía durante los entrenamientos intensos. Además, es común que estos atletas se enfoquen en una ingesta adecuada de grasas saludables para mantener la salud hormonal y promover la función celular, fundamentales para las comunicaciones neuro-musculares en estas intensidades anaeróbicas.
A pesar de todas las diferencias que pudieran tener estos patrones alimenticios en deportistas de resistencia y/o fuerza/potencia, ambos tipos de deportistas deben mantener una alimentación equilibrada y variada, que incluya una combinación adecuada de carbohidratos, proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales.
Una mala alimentación, que puede incluir una ingesta insuficiente de nutrientes esenciales, exceso de alimentos procesados o deficiencias calóricas, puede afectar negativamente el rendimiento en cualquier disciplina deportiva, aparte de aumentar el riesgo de lesiones, retrasar la recuperación y afectar la salud en general.
A su vez, desde Sportnomics no podemos dejar de lado todo lo que queremos ofreceros, que es la genética y su orientación entre otras cosas a una buena alimentación. ¿Sabías que la genética te podría causar predisposición a una modalidad deportiva u otra no solo por tus fibras, recuperación u optimización de entrenamientos? Claro, la genética predispone qué alimentos te sientan mejor o peor.
Las limitaciones genéticas pueden desempeñar un papel importante en la alimentación de los deportistas, ya que cada individuo tiene una composición genética única que puede afectar su capacidad para procesar y utilizar ciertos nutrientes. Estas limitaciones genéticas pueden influir en varios aspectos de la alimentación, como la digestión, la absorción de nutrientes y el metabolismo.
Una de las limitaciones genéticas más conocidas es la intolerancia a la lactosa. Las personas con esta condición tienen dificultades para digerir la lactosa, el azúcar presente en los productos lácteos. Como resultado, pueden experimentar malestar estomacal, hinchazón y diarrea después de consumir alimentos que contienen lactosa. Para los deportistas, esto puede ser problemático, ya que los productos lácteos son una fuente común de proteínas y nutrientes importantes. Aquellos con intolerancia a la lactosa pueden necesitar buscar alternativas a los lácteos, como productos lácteos sin lactosa o suplementos de proteínas vegetales.
Otra limitación genética relacionada con la alimentación es la predisposición a la obesidad. Algunas personas pueden tener una mayor tendencia genética a acumular y almacenar grasa, lo que puede dificultar el mantenimiento de un peso corporal adecuado para ciertos deportes.
Estos individuos pueden requerir un enfoque más estricto en cuanto a la cantidad y tipo de alimentos que consumen, así como una mayor atención a su ingesta calórica total.
Además, las personas pueden tener variaciones genéticas que influyen en su capacidad para metabolizar ciertos nutrientes. Por ejemplo, algunas personas pueden tener una variante genética que reduce su capacidad para metabolizar y utilizar eficientemente los ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para la salud cardiovascular y la función cerebral. Esto significa que estas personas pueden necesitar consumir fuentes alternativas de omega-3, como aceite de pescado o suplementos de omega-3, para obtener los mismos beneficios que otras personas obtienen directamente de los alimentos en su dieta, como el pescado graso, semillas de ciertos vegetales o las nueces.
Es importante destacar que aunque las limitaciones genéticas pueden influir en la alimentación de los deportistas, no son determinantes absolutos. La alimentación adecuada y personalizada, así como el asesoramiento de profesionales de la salud y nutricionistas, pueden ayudar a superar estas limitaciones y optimizar el rendimiento deportivo.
Las pruebas genéticas específicas que desde Sportnomics ofrecemos también pueden proporcionar información útil sobre las necesidades nutricionales individuales y ayudar a adaptar la alimentación en consecuencia a la modalidad deportiva que realizas para sacar el máximo a tu rendimiento.