Son muchas las preguntas que nos hacemos cuando vemos a deportistas que con una edad muy avanzada aún son capaces de estar en lo más alto de la élite del deporte. Claros ejemplos los tenemos con Alejandro Valverde que con 42 años aún era capaz de ganar en el ciclismo profesional o Luca Modric que con 37 años presenta un rendimiento increíble.
¿Pero esto tiene relación con aspectos genéticos?
La respuesta es SI y la encontramos en una estructura del ADN; los TELÓMEROS.
Los telómeros son las estructuras protectoras situadas en los extremos de los cromosomas, que están compuestas por secuencias repetitivas de ADN. Su función principal es mantener la estabilidad y la integridad de los cromosomas durante la división celular. A medida que las células se dividen, los telómeros se acortan progresivamente, lo que está asociado con el envejecimiento y la senescencia celular.
La longitud de los telómeros puede estar influenciada por factores genéticos y ambientales. Se ha demostrado que la variabilidad genética en genes relacionados con la vía de la telomerasa, una enzima que tiene la capacidad de elongar los telómeros, puede afectar la longitud de los telómeros y, potencialmente, tener implicaciones en el rendimiento deportivo, ya que un acortamiento de éstos provoca envejecimiento celular y disminución del rendimiento deportivo a medida que avanzamos en edad.
Algunos estudios han explorado la relación entre la longitud de los telómeros y el rendimiento deportivo. Se ha observado que los atletas de resistencia de élite suelen tener telómeros más largos en comparación con personas sedentarias de edad similar. Esto sugiere que una mayor longitud de los telómeros puede estar asociada con una mayor capacidad para mantener un rendimiento atlético de alto nivel.
Sin embargo, es importante destacar que la relación entre los telómeros y el rendimiento deportivo no es completamente clara y aún se requiere más investigación. Aunque la longitud de los telómeros puede ser influenciada por factores genéticos, también puede ser afectada por otros factores, como el estilo de vida, el estrés, la nutrición y el entrenamiento.
Además, los telómeros no son el único factor que determina el rendimiento deportivo.
Otros aspectos genéticos, como los genes relacionados con la capacidad aeróbica, la fuerza muscular y la recuperación, que hemos visto en anteriores posts, también pueden tener un impacto significativo.