El hígado es un órgano vital que desempeña un papel crucial en el metabolismo de los fármacos y la eliminación de toxinas del organismo, muchas de ellas producidas en la práctica deportiva, llamadas Especies Reactivas de Oxígeno (ROS). El proceso del metabolismo de los fármacos lo llevan a cabo principalmente enzimas producidas por genes específicos del hígado. Estas enzimas se encargan de descomponer los productos de desecho o tóxicas en moléculas más pequeñas que pueden eliminarse del organismo a través de la orina o las heces.
Los genes que codifican estas enzimas se conocen como genes metabolizadores hepáticos. Estos genes pueden tener diferentes variantes, y los individuos pueden tener diferentes combinaciones de estas variantes. Estas variantes pueden afectar a la actividad de las enzimas y a la velocidad a la que se metabolizan los fármacos y productos tóxicos en el hígado.
La actividad de los genes metabolizadores hepáticos también puede afectar al rendimiento deportivo de un individuo. El metabolismo de estos “productos” tóxicos producidos por el esfuerzo físico puede afectar al rendimiento de un atleta al influir en los niveles de hormonas, como la testosterona y el cortisol, en el organismo. Estas hormonas son esenciales para el rendimiento deportivo, ya que pueden afectar a la fuerza muscular, la resistencia y el tiempo de recuperación.
Algunos estudios han sugerido que los individuos con determinadas variantes de genes metabolizadores hepáticos pueden tener ventaja en ciertos deportes. Por ejemplo, una variante del gen del citocromo P 1A2 (CYP1A2), que interviene en el metabolismo de la cafeína, se ha relacionado en diversos estudios con una mejora del rendimiento en resistencia. Los individuos con esta variante pueden metabolizar la cafeína más rápidamente, lo que se traduce en un mayor efecto sobre su rendimiento sobre todo en deportes de resistencia.
Del mismo modo, una variante del gen CYP17A1, que interviene en el metabolismo de la testosterona, se ha relacionado con un aumento de la masa muscular y la fuerza en algunos estudios. Los individuos con esta variante pueden tener niveles más altos de testosterona, lo que conduce a un mejor rendimiento atlético en deportes que requieren fuerza y potencia.
Recientemente, el fundador de Sportnomics, David Varillas ha descubierto una serie de genes implicados en el metabolismo hepático, como el citocromo CYP2D6 y diversos genes de la familia de las S-Glutation transferasas (GSTM, GSTP y GSTT) que ayudan a una recuperación sistémica por la rápida eliminación de desechos producidos por la práctica deportiva. Estos marcadores genéticos, según David Varillas presentan unas características “selectivas y diferenciales” en deportistas profesionales de resistencia que los seleccionan a realizar este tipo de deportes y llevar a cabo esfuerzos continuos. Nuevas variantes que dan luz al conocimiento en el rendimiento deportivo.
Sin embargo, es importante señalar que la relación entre los genes metabolizadores hepáticos y el rendimiento atlético es compleja y aún no se conoce del todo. Hay muchos factores que pueden influir en el rendimiento atlético, como el entrenamiento, la nutrición y la genética. Por lo tanto, no es posible predecir el rendimiento deportivo de un individuo basándose únicamente en sus genes metabolizadores hepáticos.
En conclusión, los genes metabolizadores hepáticos desempeñan un papel crucial en el metabolismo de los fármacos y también pueden influir en el rendimiento deportivo de un individuo. Sin embargo, la relación entre los genes metabolizadores hepáticos y el rendimiento deportivo es compleja y no se conoce del todo.
Es necesario seguir investigando para comprender mejor el papel de los genes metabolizadores hepáticos en el rendimiento deportivo y desarrollar estrategias nutricionales y de entrenamiento personalizadas basadas en la composición genética de cada individuo.