El hierro es un mineral esencial para diversos procesos biológicos, como el transporte de oxígeno, el metabolismo energético y la función inmunitaria. Desempeña un papel crucial en el rendimiento atlético, y los atletas con niveles bajos de hierro pueden experimentar fatiga, disminución de la resistencia y reducción del rendimiento. Por lo tanto, mantener unos niveles óptimos de hierro es fundamental para los deportistas que desean rendir al máximo.
Los factores genéticos pueden influir en el estado de hierro de un atleta y, en consecuencia, en su rendimiento. Diferentes estudios han identificado varias variantes genéticas que afectan al metabolismo y al transporte del hierro, lo que puede repercutir en el estado del hierro de un individuo. Por ejemplo, las mutaciones en el gen homeostático regulador del hierro (HFE), que regula la absorción de hierro en el intestino, pueden provocar una mayor o menor absorción de hierro, lo que puede causar daños en los tejidos (hemocromatosis) o perjudicar el rendimiento deportivo.
Otras variantes genéticas que afectan al transporte y almacenamiento de hierro son el gen del receptor de transferrina 2 (TFR2), que regula la cantidad de hierro almacenado en el organismo, y el gen de la ferroportina (SLC40A1), que regula la liberación de hierro de las células. Las variaciones genéticas en estos genes pueden afectar al estado de hierro de un deportista y, por tanto, a su rendimiento.
Además, algunas variantes genéticas pueden influir en la respuesta de un atleta a los suplementos de hierro. Por ejemplo, el gen de la hepcidina (HAMP) regula el metabolismo del hierro en respuesta a la inflamación o la infección. Las variaciones genéticas en este gen pueden afectar a la respuesta de un deportista a los suplementos de hierro, ya que unos niveles elevados de hepcidina pueden perjudicar la absorción de hierro y reducir la eficacia de la suplementación.
En base a lo conocido hasta la fecha, se puede decir que la genética que afecta a la absorción del hierro es un aspecto que podría llevar a catalogarlo como “selección genética” en los deportistas de resistencia, debido a que una mala absorción de hierro por tus condiciones innatas puede hacer que tu rendimiento disminuya en periodos de la temporada y hay que conocerlos con anticipación para ayudarte a evitar los episodios de anemia que son “invisibles” hasta que llega el momento en el que no puedes ni levantarte de la cama.
En conclusión, los factores genéticos pueden influir en el estado de hierro de un deportista y, en consecuencia, en su rendimiento. Los deportistas que experimenten fatiga, disminución de la resistencia o reducción del rendimiento deberían considerar la posibilidad de controlar sus niveles de hierro, ya que es posible que necesiten ajustar su ingesta de hierro o la administración de suplementos. Además, los deportistas deben consultar a su médico o a un nutricionista deportivo para desarrollar un plan de nutrición individualizado que satisfaga sus necesidades específicas de hierro.
Todo lo explicado en este post, puedes tenerlo al alcance con nuestros test genéticos, y con ellos conocer tu genética es clave para entender tu rendimiento deportivo.