Uno de los aspectos que más afecta a la salud tanto a los deportistas profesionales como a los deportistas no profesionales es la probabilidad de lesionarse. Cuantas veces hemos oído antes de una competición la típica pregunta; “me duele un poco la pierna y tengo sobrecarga, no debería forzar mucho ¿y si me lesiono?” Este es un factor de la caída de rendimiento en el deporte.
Las lesiones deportivas pueden tener lugar por diferentes causas. Entre ellas se encuentran los accidentes (por ejemplo, las caídas), la falta de calentamiento antes de hacer ejercicio, el uso de un equipo deportivo inadecuado, una mala técnica o la falta de forma física para llevar a cabo el ejercicio. Un aspecto hasta ahora estudiado, pero aún desconocido es el componente genético que hace que los deportistas se lesionen con mayor o menor tasa de incidencia.
Las lesiones deportivas son una de las mayores limitantes del rendimiento deportivo. Eso es sabido por todos, pero ¿hasta qué punto se puede conocer? Como siempre, la genética nos va a dar la oportunidad para utilizar esta nueva herramienta para prevenir este riesgo y ayudar a los deportistas. Y año a año vamos conociendo más aspectos genéticos relacionados con las lesiones, sobre todo en los deportes que presentan más repercusión mediática e incidencia; fútbol y atletismo entre otros.
Desde hace muchos años se ha venido estudiando un gen implicado en la composición de las fibras musculares, llamado ACTN3 (α-actinina 3) en el que se presenta un polimorfismo que hace que la proteína codificada sea “incompleta”, lo cual hará que los deportistas tengan fibras lentas. Mientras que el genotipo óptimo presenta una proteína completa y dará lugar a fibras musculares rápidas. Pero gracias a los avances en la investigación genética y técnicas de biología molecular estamos conociendo nuevos genes que pueden estar implicados en estas lesiones musculares y la etiología de estas.
En este caso, presentamos al gen AMPD1 (adenosina monofosfato deaminasa 1), que está implicado en el metabolismo muscular. En él, existe un polimorfismo que produce una proteína inactiva que a la hora de realizar deporte provoca fatiga temprana, calambres y desde hace un año se ha asociado con estudios de David Varillas-Delgado en un riesgo elevado de provocar lesiones musculares tanto en atletas de resistencia, como en futbolistas profesionales. Un nuevo hallazgo confirmado mediante estudios de puntuaciones genéticas, que nos darán una información más completa en estudios de asociación genética/rendimiento y que debemos profundizar para encontrar nueva información y poder utilizarlo para la predicción de lesiones musculares.
Esta base de conocimiento lograremos darle aún más sentido por el estudio de genoma completo que os iremos comentando.
“La idea de ‘cuánto más duro trabajes, mejor serás’, es una mentira. Los mejores progresos se obtienen entrenando más inteligentemente” Bill Bowerman